Acabas de leer el título de este post y, déjame que adivine, lo primero que se te ha pasado por la cabeza ha sido: ¡menuda irresponsabilidad, preparar un juicio en un cuarto de hora!
Pues bien, te diré que es posible preparar un juicio en quince minutos, o incluso menos, y que además salga bien.
Con esto no quiero decir que no sea importante preparar los pleitos concienzudamente antes de acudir al juzgado, ni mucho menos. Creo que cuanto mejor atados lleves todos los cabos y más tiempo hayas dedicado al estudio del expediente, mejores serán los resultados.
Sin embargo, tampoco podemos obviar que la abogacía es una profesión en la que impera la improvisación.
Fácilmente puede ocurrir que un lunes por la mañana te llame tu procurador para decirte que te están esperando en el Juzgado para celebrar una vista de la cual te habías olvidado y que tengas que salir pitando para allí. O que un compañero te pida de forma urgente que le sustituyas en sala; o que te encuentres en tu primera guardia en el Juzgado y tengas que celebrar un juicio rápido de forma inmediata.
Los imprevistos existen y, si todavía no los has experimentado, lo más probable es que, algún día, acaben llegando. Así que, anticipándonos a lo que pueda venir, hoy te traigo una serie de consejos o herramientas que te ayudarán a capear esta situación y conseguir que los intereses de tu cliente permanezcan incólumes, que, al final, es de lo que se trata.
Sin más, te invito a descubrirlas.
1º. Ante todo, ¡calma!
Lo sé. Te acaba de llegar la noticia de que tienes que celebrar un juicio dentro de un rato y se te han disparado los nervios. Acabas de entrar en un estado de shock. La histeria se ha apoderado de ti. Y por supuesto tu mente empieza a buscar culpables ¿cómo me he podido olvidar del juicio? ¿Será que el procurador se ha olvidado de notificarme el señalamiento?, ¿por qué tengo que comerme yo este marrón?,…
¡Tranquilo! No eres el primer letrado, ni tampoco serás el último, que se vea envuelto en este berenjenal.
Así que seamos prácticos y resolutivos. Deja las lamentaciones a un lado y procura relajarte.
Diez respiraciones profundas, cuatro gritos de desahogo y a recuperar el expediente. Tú único objetivo en este momento es salir adelante.
Los próximos minutos serán claves para preparar el juicio, así que evita distracciones.
2º. Gana tiempo
Una vez que estés un poco más tranquilo, el siguiente paso será ganar tiempo.
Quizá no sea mucho lo que consigas, pero quince minutos o media hora pueden ser suficientes.
Por experiencia sé que tener la sensación de no llegar a tiempo a un juicio es una experiencia horrible.Y no es para menos, si tenemos en cuenta que en menos de lo que canta un gallo, puede iniciarse un juicio sin tu presencia.
Así que para evitar esta catástrofe, si ves que no vas a ser puntual, habla con el procurador o con el juzgado para informarles de tu retraso y pídele al tribunal y al compañero que te esperen. Si estos son comprensivos y acceden a esperarte, o si te informan de que el juzgado lleva un retraso considerable, irás más tranquilo y podrás utilizar ese tiempo extra para preparar el expediente, localizar algún testigo o perito, desplazarte hasta las dependencias del juzgado, etc.
Si por el contrario, nadie se digna a esperarte (lo cual no es lo habitual), entonces quizá debas buscar una solución alternativa, cual puede ser que tu procurador localice a un abogado que te sustituya, etc.
3º. Exprime tu memoria
Recuerdas más de lo que te imaginas.
Si no es la primera vez que coges el expediente y ya has trabajado sobre él con anterioridad, estoy segura de que recordarás más cosas de las que crees.
Aparta los pensamientos negativos. No te repitas una y otra vez que no tienes ni idea, que ya no recuerdas de que iba el asunto, que vas justo de tiempo, que va a salir todo mal…
Concéntrate e intenta rescatar todos los datos almacenados en tu mente lo antes posible para preparar el juicio.
4º. Ve al meollo del asunto
No tienes tiempo para florituras, así que ve al grano.
Si dispones de los escritos rectores (demanda, contestación, escritos de calificación…) léelos e identifica los puntos controvertidos. Esquematiza todo, aunque sea mentalmente.
Si cuentas con alguna prueba o documentación fundamental (informe pericial, atestado…), dedícale más tiempo a revisarla.
5º. Lanza un S.O.S. a otros compañeros
Si después de este estudio exprés te has quedado con alguna duda y no tienes tiempo para indagar al respecto, llama a algún compañero de confianza que te ayude a resolverla.
Pídele opinión o incluso que consulte alguna normativa o jurisprudencia por ti. Un asesoramiento telefónico puede salvarte la vida.
No tengas miedo a pedir ayuda si te ves en apuros. Todos la hemos necesitado en alguna ocasión y, por lo general, todos estamos deseando devolverla.
Y ahora, cuéntame tu experiencia ¿Te has visto en algún apuro de última hora? ¿Cómo has salido del mismo? ¿Qué otros consejos añadirías?
Comparte tu experiencia y opinión con toda la comunidad dejando un comentario. Estaremos encantados de leerte!